Miriam Diaz en la fuerza de ser altamente sensible

Míriam Díaz es terapeuta psicocorporal y creadora de “Inspira Movimiento” que es un método para mover y sentir todo lo que te bloquea, trabajando lo corporal, mental, emocional y energético.

 

Da recursos y herramientas para ayudar a experimentar cómo moverse, pensar y sentir con autenticidad.

 

Está feliz por ser recibida en este espacio, por tenerla en mí “casa” cómo ella dice. Se encuentra junto a una librería, es posible que este “La fuerza de ser altamente sensible”, seguro que hay un pedazo de mí en esa biblioteca.

 

Los trucos para gestionar la alta sensibilidad son activar mucho el cuerpo y sacar toda la adrenalina con actividades físicas, rodearse de arte y naturaleza.

 

“Necesitamos que se active todo el cuerpo para calmar nuestro sistema nervioso central”

 

Míriam percibe el condicionamiento social en temas cómo la menopausia o el embarazo, hay que resignificar el “vox populi” y entender que hay tantos embarazos o tantas maternidades cómo mujeres. Salir de esto y hacerlo tuyo es un reto, pero la vida es un ciclo lleno de retos porque también es parte del juego y del aprendizaje.

 

Ella destaca su facilidad para saturarse y cómo desde pequeña ha sido muy sensible a los tejidos y olores. Nos cuenta una anécdota de su infancia: “Pasé varias noches llorando y no le decía a mi madre el porqué, hasta que una noche le dije que me daba mucha vergüenza, pero es que no podía dormir con las sábanas arrugadas” Ahora entiende toda esa sensibilidad.

 

El gran consejo que nos da Míriam es que no nos conformemos con las etiquetas, que  cada uno pueda explorarse en el momento vital que esté viviendo. Porque la vida es un cambio continuo, y no hay que quedarse con la idea de que eso va a ser para siempre.

 

“Las personas disponemos de una inteligencia corporal inherente que desconocemos completamente y nos está condicionando nuestros estados anímicos”

¿Y tú qué opinas?
Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Otros articulos que podrian interesarte

Yo puedo sola

Cuantas veces me habré repetido en mi cabeza: «Yo puedo sola». Cuando era pequeña le decía a mi madre: «Yo solita». Cuando intentaba ayudarme, yo

X