Cuando descubrí que era una persona empática y con alta sensibilidad comprendí por qué era un imán para atraer personas tóxicas que me hacían daño. Entendí por qué no me trataba con la misma compasión que tenía por otros y por qué llegaba a perder mi identidad para que los demás me aceptaran. Ser empático es más que llorar y emocionarse por todo.
Mi libro El Arte de la Empatía es una guía práctica para encontrar tu identidad empática y manejar con asertividad la sensibilidad que te caracteriza, para potenciar tu evolución personal. Ser empático es un poder extraordinario… ¡Descúbrelo y vive plenamente!
1. Compasión
La compasión no es lástima. La compasión es un sentimiento de altruismo hacia la adversidad del otro, lo que conlleva no solo a entender y sentir su dolor sino el impulso de brindar socorro para aliviarlo o eliminarlo. Las personas altamente empáticas somos especialmente sensibles para percibir el sufrimiento de alguien y para brindarle compasión sin esperar recibir retribución alguna.
2. Amor incondicional
A los empáticos nos encanta dar cariño y sentir aprecio en nuestras relaciones personales. Somos generosos con el afecto, lo ofrecemos a manos llenas y sin reservas. Crecemos dando amor abiertamente a otras personas e incluso nos parece egoísta emplear el tiempo, los recursos y la energía en dedicarnos lo mismo.
3. Armonía
Dado que a las personas empáticas no nos gustan los conflictos, intentamos que en nuestro entorno haya paz, concordia y entendimiento. Buscamos mediar y solucionar los problemas en el momento. Por esto es que tendemos a encontrar nuestro equilibrio en la naturaleza. La brisa fresca de la montaña o el relajante sonido de las olas del mar son un bálsamo de sosiego y calma para los empáticos.
4. Cordialidad y simpatía
Las personas altamente empáticas entendemos que las palabras tienen poder. Ponemos sumo cuidado en no herir a los demás o hacerlos sentir tristes y procuramos que nuestro trato hacia los otros sea con simpatía y cariño. Los empáticos siempre nos dirigirnos a otros con respeto y amabilidad, sean desconocidos o no, intentamos establecer una conexión interpersonal afable para que el otro se sienta cómodo y apreciado.
5. Asertividad
Como tenemos la potente capacidad de percibir a los demás, las personas empáticas podemos descifrar el lenguaje corporal y captar sutilezas en el lenguaje verbal de forma intuitiva. Los empáticos podemos, haciendo uso de esta sensibilidad y sabiduría interior, comunicarnos de manera eficaz sabiendo qué decir y cómo decirlo con un alto sentido de altruismo, respeto y compasión hacia el receptor del mensaje y de su entorno.
6. Altruismo
Ser empático implica tener el modo solidaridad en piloto automático permanentemente, pues está vinculado a nuestro radar sensible para detectar los estados emocionales de las demás personas. Esto supone que los empáticos luchamos contra las injusticias, procuramos el bien para otros de manera desinteresada y estamos prestos a brindar ayuda, aún cuando no se nos haya solicitado. Cualquier causa que implique el bienestar para la humanidad tendrá entre sus filas a una legión de empáticos.
7. Sensibilidad
Las personas altamente empáticas podemos no diferenciar entre realidad y ficción debido a nuestra carga sensible. Si al ver películas o programas de televisión tienes que dejar de mirar en cuanto aparecen escenas de violencia física o emocional, abuso o crueldad, es porque te afectan hasta el punto de que puedes sentir en tu cuerpo la situación., incluso llegar a las lágrimas debido a la gran cantidad de estímulos y emociones negativas que percibes. Sí, los empáticos lloramos con la muerte de Mufasa en el Rey León.
8. Gratitud
Para los empáticos dar sin esperar retribución alguna nos genera un sentimiento de satisfacción. Del mismo modo, las personas altamente empáticas damos valor y reconocimiento sincero a quienes tienen empatía con nosotros. Apreciamos cualquier gesto de bondad y simpatía, sentimos agradecimiento por quien nos haya brindado su mano y generamos códigos de lealtad hacia quienes demuestran compasión por otros y con nosotros.
9. Perdón
Los empáticos tendemos a perdonar fácilmente, tanto que muchas veces nos olvidamos del historial negativo que ha sucedido con ciertas personas. Las personas empáticas establecen una conexión profunda con el otro, lo que nos estimula un alto grado de generosidad y afecto, por lo que pasar por alto los errores y dar nuevas oportunidades a los demás es usual en nosotros. Esta natural nobleza nos hace especialmente atractivos a personas tóxicas, que quieren aprovecharse de nosotros.
10. Felicidad
Si eres feliz, soy feliz. La felicidad del otro genera en los empáticos felicidad también. Las personas empáticas tienen una sensación de bienestar cuando dejan de notar las emociones negativas de otros. Si el otro es feliz, supone un descanso sensorial para el sistema sensible de los altamente empáticos. Sin embargo, un empático puede llevarlo al extremo cuando va en contra de sus propias necesidades y de sus principios, al esforzarse por complacer exclusivamente al otro, sin importarle su valor propio.
2 respuestas
Soy muy EMPATIA y soy feliz como soy,pero a mí pareja le enfada eso como me saludan las personas y sobre todo que sea masculino, compañero,amigos,conocidos etc.
Yo opino
El ser humano es una máquina de emociones y sentimientos que no podemos ser lo suficiente racional para entender y comprender lo egoísta que nos convertimos en trascurso de nuestra vida